domingo, 7 de febrero de 2021

¿QUÉ FUE DEL PROLETARIADO?

 

 

Hoy me pregunto por qué trabajadores asalariados votan partidos políticos de corte conservador si ciñéndonos al ámbito laboral la realidad nos ha enseñado que estas formaciones vienen defendiendo el beneficio empresarial frente al reconocimiento de quienes, en un derecho tuitivo como el laboral, una de las partes tiene una posición preminente frente a la debilidad económica de la otra.

Inmediatamente después me vuelvo a preguntar si hoy sigue existiendo lo que se llamó en su momento el proletariado, el conjunto de la clase obrera trabajadora empleada principalmente en fábricas como operarios que sufrían los reveses de un capitalismo salvaje causante del deterioro de la salud y la dignidad de quienes no tenían otra salida que el sometimiento a las órdenes de los patronos.

Nos puede ayudar el origen de la palabra proletario, “prole”, que en la Roma Imperial eran aquellos descendientes de las clases más desfavorecidas cuya única posesión eran sus hijos y los aportaban al ejército, término recuperado por Karl Marx para considerarlo referido al conjunto de una clase social compuesta por personas sin propiedades ni recursos, que solo disponían de la fuerza de su trabajo, asalariados enfrentados con otra clase social, la burguesía, que disponía de los medios de producción, de las fábricas.

Esto nos lleva a pensar si hoy día, donde la mayoría de las personas trabajadoras somos asalariados y asalariadas, incluyendo en esta consideración el ingente número de empleados públicos existente, tenemos las características propias de lo que representaba esa expresión. El pertenecer al proletariado significaba la falta de acceso a la educación, a la cultura, a la sanidad de calidad, al ocio, a todas aquellas necesidades que humanizan al hombre fuera de su animalidad y esto enlaza con lo que estamos sufriendo en la actualidad de negación de todo aquello que universaliza. No es que nuestra sociedad sea individualista, somos una sociedad nominalista, y del mismo modo en que el filósofo Nelson Goodman quería eliminar la teoría de conjuntos para fundamentar las matemáticas, los negacionistas fundan el desprecio por lo colectivo sobre un irreverente libre albedrío bajo un falso manto libertario.

Pero lo importante no es si nos llaman obreros, especialistas, técnicos o cognitariado (personas con alta formación académica y un salario por debajo de su cualificación), lo importante es que sigue habiendo trabajadores/funcionarios que sufren el desmedido deseo de enriquecimiento por parte de determinados empresarios o las restricciones presupuestarias por parte de determinados políticos acomodadizos.

¿Y qué sucede con los autónomos? ¿Son también proletariado? En la mayoría de los casos padecen de los mismos problemas que los asalariados y ello sin hablar de los llamados “falsos autónomos”, personas obligadas a darse de alta en el Régimen Especial de Trabajadores Autónomos y cumplir con las obligaciones fiscales de éstos cuando en realidad no disponen de ninguna autonomía para realizar su trabajo. También incluyo aquí a los profesionales independientes por mucho que se articulen en colegios que ejercen en ocasiones tareas directivas más que colegiales.

Quienes nacen en el seno de familias con escasos recursos económicos solo disponen de sus capacidades y de su esfuerzo para adquirir formación y habilidades que les hagan desarrollarse y en muchos casos, aun teniendo la suerte de disponer de un trabajo, solo consiguen salarios de subsistencia, duro es pasar apuros económicos por la falta de trabajo, mucho peor es sufrir necesidades a pesar de tenerlo.


 

 

 

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario

LA UNIDAD DE LA IZQUIERDA, ¿SUMA O LASTRA?

                Estas reflexiones políticas que propongo, ajenas a la inteligencia artificial y próximas a la natural, ya sean del interés c...